viernes, 2 de mayo de 2008

Comentario semanal

Hay cosas que existen, gracias a Dios, para devolver la esperanza a la raza humana. El deporte es una de ellas. El sacrificio, el trabajo en equipo, el esfuerzo llevado a límites insospechados, el pundonor, la entrega, la estrategia desarrollada pacíficamente, la competencia bien entendida como mejora personal, el afán de superación. Que sería de nuestra especie sí el deporte no existiera. No hay partidismo, sólo se trata de valorar al mejor, sin importar nacionalidad, etnia o condición, status o partido político. Con máximas tan enaltecedoras como “…lo importante es competir…”, “…saber perder con deportividad…”, “…fair play…” ¿No es fantástico? Me emociono tan sólo al mencionarlo, se me ponen los pelos como escarpias. Pierre de Fredi, el famoso Barón de Coubertin lo describió y lo definió en un maravilloso decálogo:
1. Hacer que cada encuentro deportivo, con independencia de lo que esté en juego y de la virilidad del enfrentamiento, sea un momento privilegiado, una especie de fiesta.
2. Atenerme a las reglas y al espíritu del deporte practicado.
3. Respetar a mis adversarios como a mí mismo.
4. Aceptar las decisiones de los árbitros o de los jueces deportivos, sabiendo que, al igual que yo, tienen derecho a equivocarse, pero hacen todo lo posible por evitarlo.
5. Evitar la mezquindad y la agresividad en todos mis actos, palabras y escritos.
6. No recurrir a trampas ni artificios para lograr el éxito.
7. Conservar la dignidad tanto en la victoria como en la derrota.
8. Ayudar a todos con mi presencia, mi experiencia y mi comprensión.
9. Prestar ayuda a cualquier deportista herido o cuya vida corra peligro.
10. Ser un verdadero embajador del deporte, contribuyendo a que a mi alrededor se respeten los anteriores principios.

Ejemplo punto 1

Ejemplo punto 4

Ejemplo punto 5

3 comentarios:

Eric GC dijo...

Oiga, el punto nº 6 no me ha quedao mu claro. Esto de "No recurrir a trampas ni artificios para lograr el éxito", es cierto??? La gente lo hace??? Yo pensaba que pisotear era uno de los puntos fuertes de la raza humana. Quizás me equivoque. No sé. En fin! Creo que me voy a delatar a un chaval de 12 años que acaba de robar un Kinder Bueno en la tienda de enfrente. No gano nada con ello, pero...¿No es fantástico?

David, el pan paniscus curiosus dijo...

En el punto nº 6 que usted menciona quisiera haber puesto como ejemplo al deportista más internacional de Argentina, querido por todos y mundialmente conocido como "El Pelusa", su magnífica "mano de Dios" fue milagrosa en el partido de cuartos de final contra Inglaterra en 1986,el portero Shilton todavía se está quejando de la deportividad demostrada. Por cierto...en lugar de delatar al chaval de doce años, debería pedirle que robara otro para usted y asunto zanjado...bueno de paso que me birle un Kinder güevo, me encantan las sorpresas y ustedes no tendrían ninguna...me explico??

Unknown dijo...

Muy profundo, sí señor...


Y ya puestos a promulgar decálogos megatrascendentes e hipersurrealistas, ahí va este:



DECÁLOGO DEL COWBOY AMERICANO

(Extracto del Elogio de Patrick Wayne a su padre, John Wayne):


1. Un cowboy nunca juzga por el color de la piel, pero sí por el caracter.


2. Un cowboy siempre respeta a las mujeres y las saluda con su sombrero cuando pasan.


3. Un cowboy se mantiene firme en lo concerniente a los valores americanos: libertad, verdad, justicia y el modo de vida americano.


4. Un cowboy no será tratado con maldad, ni él tratará mal a nadie. La consideración que de él se tenga dependerá de eso.


5. Un cowboy es leal, trabajador esforzado y de elevada ética.


6. Un cowboy ama su país, y luchará por sus principios y soberanía.


7. Un cowboy respeta sus animales y la tierra por la que vagan.


8. Un cowboy es fiel a aquello en lo que confía.


9. Un cowboy está obligado por deuda, honor y gratitud con lo que Dios le ha dado, lo que incluye amigos y familiares.


10. Un cowboy guarda un secreto código en su corazón, que todos pueden ver.



Baste recordar que John Wayne murió según dicen a causa de los efectos de la radioactividad que impregnaba la atmósfera del Desierto de Utah donde rodaba la película de Genghis Khan, producida por el inefable Howard Hughes... el resto del reparto también falleció en extrañas circunstancias de forma prematura, como Susan Hayward, Agnes Moorehead y Pedro Armendáriz...


Bueno, sé que esto no tiene mucho que ver con el tema del post, pero... ¿A que resulta curioso?, ¿ein?...


Postdata: ¿Por qué cada vez que publico un comentario tengo que escrbir unas letras ininteligibles torcidas y difíciles de identificar porque si no el host del blog me deniega el permiso, eh? eh? eh?...


El de ahora es "ttgwbqf"... serán jodidos los tíos...


vaya, pos no... ha caducado el tiempo y me obligan a poner otra sarta de letras... ahora son "svubwj"... mecagüeeeennnnnn...