martes, 3 de junio de 2008

Hynkel y su Stunk!

De todas las películas que realizó el fantástico Chaplin, está es la que me hizo reír durante más tiempo. La última vez que la visioné fue con mi hijo en un cine de nuestra ciudad, nuestras risas destacaban entre las melifluas sonrisas del resto de espectadores. Esta escena fue, sin lugar a dudas, la que nos pareció más hilarante. Sin desmerecer el resto de la proyección, que no tiene desperdicio alguno. La sátira sobre el nazismo y de su máxima figura es hiriente, mordaz y pueril, desmitificando al dictador austriaco reconvertido en alemán de pro. Hubiera sido interesante saber que opinó de la película el Führer, ya que se realizó en 1940, recién empezada la segunda guerra mundial, y comentan que era una de sus películas favoritas llegando a tenerla en su filmoteca particular. Al final de la cinta Chaplin, como el barbero convertido en líder de Tomania, Astolfo Hynkel, lanza un discurso memorable,…«Lo lamento mucho, pero no quiero ser dictador. No quiero conquistar ni gobernar a nadie. Deseo ayudar a todos, judíos, gentiles, blancos o negros… Nuestra sabiduría nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia nos ha hecho duros y malos. Pensamos demasiado y sentimos poco. Más que maquinaria necesitamos bondad y ternura… ¡Soldados, en nombre de la democracia, unámonos!».
Fue además la primera película sonora de Chaplin, escrita, producida, dirigida y protagonizada por él mismo, y también la continuación de filmes críticos para con la sociedad en la que vivimos, ya que había empezado años atrás con tiempos modernos, otra crítica sobre la mecanización y deshumanización provocada por la tecnología. Chapó para Chaplin.

1 comentario:

Eric GC dijo...

Recuerdo aquél visionado. Probablemente de los días que más he llorado riéndome con una película. Chaplin era un genio para estas cosas. Su imitación satírica del Führer es magnífica. Y recordemos todos aquello de: Stuuuuuuuuuunnnnnkkkk!!! arghhhh!!! eeggglrrr!!! buf buf!!! itch nainen!!! Jajajajaja. Wonderful.